Alejandro Céspedes:

Fragmentos de algunas críticas realizadas a su obra. Los textos completos pueden leerse en la página principal: http://www.alejandrocespedes.es/

viernes, 5 de febrero de 2010

LA CRÍTICA HA DICHO:



Topología de una página en blanco" entre los 5 mejores libros del año 2011 para la crítica de El Mundo Ainhoa Sáenz de Zaitegui


Flores en la cuneta entre los libros candidatos al Premio Nacional de la Crítica (2009)


(Ainhoa Sáenz de Zaitegui; El Cultural- El Mundo) Topología de una página en blanco
"Céspedes es un hombre con visión, un teórico. Un poeta de verdad. Su reflexión sobre la poesía remite a ese momento de la historia en que la filosofía se convirtió ella misma en poesía. Con Foucault, el poeta alberga la sospecha -la esperanza- de que el lenguaje es fractura, muro, aislamiento, y que es necesario.

Contra el sistema poético tradicional, el poeta no tiene todas las respuestas, ni siquiera alguna. Plantea preguntas, impone un criterio. Ajeno al egocentrismo del creador, Céspedes se abre a nosotros, los eternos secundarios, los lectores. Nos analiza, nos interpela. No somos nosotros quienes nos identificamos con el poeta, es él quien se une a sus lectores en una misma perplejidad.
Topología ... es un universo peculiar, donde los poemas se abisman en la página como agujeros negros, versos incompletos se pierden por el margen derecho, se esparcen como hojas a lo largo de las hojas. Nuestra mente debe adoptar la forma del texto: ser poesía.
Un discurso torrencial que evoca el flujo de nuestra conciencia, veloz e inasequible a la lógica.
Experimental y visualmente impactante, Topología de una página en blanco se publica en el único formato posible a estas alturas de siglo: online.
Poeta consagrado, canon indiscutible, Alejandro Céspedes aporta al arte más que talento: le da un porvenir". 
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(Francisco Díaz de Castro; El Mundo) Flores en la cuneta
“Este libro excelente, tan sugestivo como intenso, viene a constituir una aportación muy interesante a la posible nueva objetividad poética.
La intensidad analítica del sentimiento, el carácter narrativo básico de su discurso, la reciente desolación existencial, la riqueza de imágenes y el cuidado de la precisión expresiva son algunas de las constantes de la poesía de Céspedes que siguen fluyendo en este nuevo libro”.
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(Manuel Rico; El País) Sobre andamios de humo
"La publicación, en 1985, de James Dean, amor que me prohíbes, su primer libro, mostró ya a un poeta maduro, empeñado en construir textos basados en una memoria íntima activada a partir de referentes culturales filtrados por la experiencia".
Poesía en la que el lenguaje está al servicio de un poderoso núcleo emocional y de una permanente lucha por afirmarlo". En esta obra se ve la voluntad de su autor por afinar al máximo su emocionada (y honda) poesía de antes para el lector de hoy".
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(Luis García Montero)  Sobre andamios de humo
“Alejandro Céspedes pertenece a esa voz poética asturiana que ocupa un lugar muy sólido, importantísimo, dentro de nuestra poesía contemporánea que se empezó a gestar a principios de los años 80. Desde que lo conocí supe que era un poeta de verdad, alguien que dialoga en serio consigo mismo, alguien que tiene su propio mundo, que busca con sus propias palabras y que participa de los tiempos de todos en un diálogo profundo, serio, con él mismo y con sus convicciones.
Alejandro se carga de una profundidad y de una inteligencia puesta al servicio de la sensualidad, y me parece que eso es muy destacable a la hora de conformar su mundo poético. Aquí tienen la ocasión de conocer una poesía muy buena de un poeta comedido que ha escrito lentamente una obra llena de calidad, una obra importante, sin traicionar nunca ese diálogo consigo mismo por el que empecé a respetarlo allá por los años 80 desde el primer momento que lo conocí”.
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(Vicente Presa)
“Alejandro Céspedes es una voz fuerte, personal y regenerada que devuelva a la poesía una tensión muchas veces cuestionada y, eminentemente hoy, en entredicho. En su lírica conspira a favor de las ideas, de las emociones y de los sentimientos. Pero desde una palabra nueva, la del presente, la del futuro. Su poesía aporta vitalidad y frescura. Y no sólo por la impregnación surrealista y onírica, Alejandro Céspedes retorna, y de la mejor manera, a los temas de siempre, aunque rompe el juego esteticista con valentía y riesgo, sabedor en todo caso, de dar un salto en el vacío.
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(Del Acta del Jurado del Premio de la Crítica de Asturias) Los círculos concéntricos
“El autor muestra en este poemario una voz muy personal para un discurso poético donde destacan la arquitectura del texto, el sentido del ritmo y la acertada simbiosis entre lo narrativo y lo lírico. Asimismo valora el acierto con que se cultiva el poema en prosa en este libro de amor y dolor profundos, lleno de veracidad y emoción, que examina valientemente ciertos tabúes actuales y que desasosiega por su crudeza. Compuesto de poemas en un delicado punto de tensión, la palabra de Los círculos concéntricos, justa e irremplazable, conmueve y estremece".
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(José Infante)
“Poeta de profunda dicción, Alejandro Céspedes, está en la mejor tradición de la poesía española que viene del 27, pasa por Cántico y por algunos poetas del 50, como Brines o Rodríguez y que continuó en lo mejor de la generación del 70 y los postnovísimos”.
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Carlos Aganzo, "Flores en la cuenta", Suplemento Cultural de El Norte de Castilla (20-03-10)
"Céspedes prosigue en este libro con la comprometida línea personal abierta en "Los círculos concéntricos". Poesía de nuestro tiempo que no elude los perfiles más crudos y desalmados de la realidad. Prosa poética, poemas en verso y poesía visual se van sucediendo en este libro intenso. Alejandro Céspedes se ha distinguido por su capacidad de interpretar el universo del hombre contemporáneo, con sus inmensas contradicciones, en una obra poética siempre dispuesta a buscar nuevos perfiles y nuevas maneras expresivas. En todos sus poemarios, pero quizá especialmente en este último, además del poso poético, forjado con palabras escogidas e imágenes deslumbrantes, siempre queda al final el poso de la reflexión".


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(Julio Mas Alcaraz)
“El autor ha escrito un libro singular. Alejandro Céspedes es un poeta en metamorfosis. Su largo silencio de diez años le llevó desde un lugar destacado en su generación hasta la lejanía del recuerdo. Ahora vuelve con nuevas fuerzas con dos libros importantes y premiados que le reubican como una de las voces fundamentales de su generación. Entre la tradición y la ruptura se ubica Flores en la cuneta, un poemario crudo, original, hondo, agónico y a la vez inquietantemente hermoso en su visión descreída del dolor humano y su fragilidad”.
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(Emilio Porta) Los círculos concéntricos
“Alejandro Céspedes es, sin duda, un poeta notable, de reconocido prestigio y amplia trayectoria, que demuestra, en toda su obra, un gran conocimiento de los géneros literarios, tanto en verso como en prosa. Con este libro de tan bello título, ganador del XIX Premio de poesía “Blas de Otero, nos demuestra cómo la palabra puede dar vida a la poesía lejos del verso clásico, componiendo un extraordinario alegato interior fuera de la versificación utilizada normalmente. Con ello sigue la senda que, en su día, marcaron y exploraron poetas como Vicente Aleixandre y Jorge Luís Borges, dando una nueva dimensión a la expresión lírica”.
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(Carlos Alcorta) Sobre andamios de humo
"Céspedes posee ese don imprescindible para un poeta, una voz intensa y personal, que encuentra dentro de sí el asunto de sus meditaciones.
Nos ofrece no una imagen parcial y tergiversada de sí mismo, sino depurada y verdadera. Estamos hablando de una poesía testimonial y, como tal, el poeta no se sitúa bajo el parasol de la tercera persona, sino que condensa toda la fuerza expresiva en la disección de un 'yo' moral, reflexivo y poco autocomplaciente.
Un lector que acceda por primera vez a la obra de Alejandro Céspedes percibirá al instante la unidad de tono que, como una corriente subterránea, fertiliza la semilla que germina en estos poemas. No hay acrobacias o malabarismos en busca de un decir abismado o grandilocuente".
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(Pedro Flores)
“Alejandro Céspedes es un poeta capaz de hacer sentir “cómodos” a los seguidores de la poesía que se recrea en el lenguaje y a los que creen que ésta ha de sustantivar la imagen poética, a los devotos de una poesía que plantea un explicativo diálogo con la intertextualidad y los partidarios de una expresión más intimista.
Es un poeta que, al menos en lo literario, nació sin ingenuidades. No hay tregua en la poesía de Alejandro Céspedes, no hay verso, poema ni libro que no exhale la firmeza, que no tenga esa altura que hay quien llama sobriedad pero creo que es intensidad, no hay un segundo de languidez, de abandono bucólico en su poesía, no hay concesiones de esa naturaleza en Céspedes, y el lector de buena poesía lo agradece”.
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(Miguel Rojo) 
“Estamos ante el libro más arriesgado de Céspedes –y no olvidamos su ‘James Dean, amor que me prohíbes’ del ya lejano 86–, y quizás el mejor. Un libro de honda poesía con una claridad que desarma al más prevenido de los lectores.
Si la poesía tiene la capacidad de sublimar la realidad, incluso la más oscura, ‘Los círculos concéntricos’ es un notable ejemplo de ello. Lenguaje directo y no por ello menos lírico que atrapa y hace dudar. La víctima y el verdugo. ¿Es todo tan sencillo? Céspedes los cubre a ambos con la mirada generosa del que intuye los caminos ocultos. Un libro desasosegante y hermoso”.
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(Jorge de Arco)  Sobre andamios de humo
“Céspedes abriga en su decir un constante desafío frente a la palabra y a la existencia que resuelve sabiamente con un verso acordado y sugeridor. Su universo lírico está salpicado de llameantes fragmentos, de inquietantes miradas.
Los poemas se van abriendo al lector de manera cómplice, pues apoyado en un verbo musculado y vitalista los sabe dejar muy próximos al corazón”.
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(Agustín Calvo Galán) Flores en la cuenta
Con Flores en la cuneta, Alejandro Céspedes reflexiona, de manera magistral, sobre las contradicciones de la vida contemporánea. El poeta reinventa desde el interior mismo del accidente, desde el pensamiento, la percepción y la vivencia del dolor, la pérdida, la extrañeza por lo sucedido, la extrañeza por uno mismo: la fragilidad de la existencia y, al fin, la muerte.
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Lort Varo; Suplemento Cultural-El Mundo)
"Ajustados y precisos, como corresponde a la idea que los genera, son los 22 poemas de “Hay un ciego bailando en el andén.
Dos aspectos fundamentales deben señalarse: el lenguaje directo y sencillo del poeta, en el que destaca la función conceptual de la metáfora y el empleo frecuente de paralelismos sintéticos".
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(Rafael Alfaro)  Las palomas mensajeras sólo saben volver
“Estamos ante un poeta de estupenda mirada interior y el libro nos presenta una capacidad inmensa de imaginación. Hay en estos poemas un despliegue descriptivo de categorías con un lenguaje en el que la metáfora nace de la misma vida. El poeta tiene una sensibilidad especial en la musicalidad del verso. No se conforma con narrar o descubrir. Sabe conferir al verso un ritmo y una melodía espontánea. Lo cual crea a lo largo de la lectura un clima poético sin interrupción.
Alejandro Céspedes nos ha ofrecido un libro con una profundización de sí mismo, del mundo de sus imaginaciones y recuerdos. Al mismo tiempo que bucea en su interior con una poesía de autoconocimiento, nos dice lo que pasa en nuestra realidad humana. Un libro ejemplar y denso. Inolvidable”.
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(Luis Fdez. Zaurín)Uno de los dos mejores libros del año 1994"
"Me quedo con dos libros de poemas. Uno Las palomas mensajeras sólo saben volver, de Alejandro Céspedes (Hiperión), obra tan bella como su título en la que su autor, mostrando una notable evolución formal respecto a otros títulos suyos anteriores, poetiza sobre los territorios de la memoria, a los que Céspedes no puede evitar volver con nostalgia y dolor; y el otro, Habitaciones separadas, de Luis García Montero.”
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(Victor García de la Concha, ABC Literario) Las palomas mensajeras sólo saben volver
“El libro viene a confirmar el vigor de una escritura poética que presagia frutos, en su condensación, granados”.
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(Jorge de Arco) Flores en la cuneta
“Respecto a su libro anterior escribí que el verso de Alejandro Céspedes abriga en su decir un constante desafío frente a la palabra y a la existencia. Ahora, su cántico, se extrema y se afianza aún más, tras dar a la luz un espléndido libro en donde la desolación que provocan los accidentes de tráfico (“cadáveres de animales, zapatos desperdigados y ramos de flores”), se torna protagonista de esta arriesgada apuesta.
Además de “inquietantemente hermoso en su visión descreída del dolor humano y de su fragilidad”, como se dice en el epílogo, añadiría yo, en su sugeridor juego de espejos, en su dicotomía de sombras y paraísos, en su honda y amatoria reflexión humana”.
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(Juan Ramón Mansilla)
“Alejandro Céspedes construye un poemario homogéneo y rotundo, capaz de provocar espasmos, lacerante. Un poemario que retuerce el lado brillante, y a menudo falsario, de la vida para entrar a trapo en las oscuridades y miserias de la condición humana.
“Flores en la cuneta” es, como la ruta, un libro arriesgado y sin concesiones. En el lenguaje, en su composición estrófica, en sus imágenes. Pero también un libro destellante. Y emotivo, muy emotivo. Crudo, sí, pero más porque provoca algo poco conveniente: pensar. Crudo también porque no acaricia la piel sino que araña las vísceras”.
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(Herme G. Donis; Clarín) Los círculos concéntricos
"El libro, elaborado con la dedicación, paciencia y cariño de un orfebre, relata la trágica historia de Aurora. Céspedes se expresa a través de una serie de fragmentos encadenados entre sí sin ningún tipo de fisuras, poseedores de una palabra justa e irremplazable.
Ningún fragmento de este libro nos deja indiferentes. La voz de Aurora, con veracidad y emoción, nos sumerge en su mundo de silencios y misterios que según nos van siendo revelados nos conmueven y estremecen".
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(Amalia Iglesias)
“James Deán, amor que me prohíbes” pudiera calificarse de libro “novísimo” a destiempo, si tenemos en cuenta el culturalismo abundante en sus motivos, la objetivación de temas en distintos personajes, la cultura pop conviviendo con la clásica (aparentemente), y el cine incorporado a la realidad (de lo que da buena cuenta el título). Menos culturalista resulta la expresión del poema, que se deja leer con gusto y nos ofrece bastantes hallazgos de imagen”.
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(Antonio Daganzo)
“Una de las virtudes capitales de este libro, y por ende, de la poesía de Alejandro Céspedes en su totalidad es su unidad formal; es decir, la consecución, desde el principio, de un modo de decir que se sabe íntimamente certero a la hora de articular un alma y una conciencia, y que por ello persevera en su habilidad comunicativa.
Las palomas mensajeras sólo saben volver, es el gran punto de inflexión de toda la poesía de Alejandro Céspedes publicada hasta la fecha; porque no sólo escribe un poemario redondo, admirablemente trazado y resuelto, sino que también consigue la perfecta expresión de una madurez lograda de la única forma en que podía llegarle a un sujeto lírico como el de los poemarios anteriores; es decir, a través del desencanto.
Tras diez años de silencio, Sobre andamios de humo ha supuesto el regreso al panorama editorial de una voz de extraordinaria autenticidad cuya falta se sentía excesivamente; ha supuesto, por tanto, y ya desde el punto de vista de los lectores, la feliz ocasión para un reencuentro y un redescubrimiento”.
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(Santiago García López)
“Alejandro Céspedes es uno de esos poetas que su lectura nos transmite serenidad. La difícil y bella serenidad del vocablo exacto y la imagen bella en su sencillez”.
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(Manuel López Azorín)
"El aplauso fue unánime y la petición de que nos leyera algún poema de su último libro "Los círculos concéntricos" también. Lo hizo y vimos a un Céspedes trasmutado en una femenina e infantil Aurora con unos versos duros, terribles por directos, llenos también de ritmo y de emoción que a mi me produjeron la impresión de "naturalidad" en el sujeto poético, aun a pesar de se un tema, el del abuso sexual, socialmente nada natural. Poemario tal vez distinto, por temática, a su poesía anterior pero semejantes en cuanto a un tono que, como en su poesía anterior, venía cargado, en los pocos poemas que leyó, de tiempo y de melancolía (igualmente de pérdida, soledad, dolor...) Habrá que leerlo entero para saber si esa impresión era o no equivocada. Un buena velada poética, una magnifica lectura por parte del poeta y un público atento y entregado”.